Un plan de continuidad está diseñado estratégicamente para asegurar el desempeño ininterrumpido de una organización, especialmente en tiempos de crisis. Integral a la gestión de riesgos, este plan alinea estrategias y procesos proactivos para garantizar una respuesta rápida y eficaz a posibles daños. Al alinear las estrategias con los principios de gestión de riesgos, las empresas pueden afrontar las crisis con agilidad y mantener un flujo fluido de operaciones.
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